Hoy, a vísperas del primer domingo de Adviento, y sí, 2015 años después de que Dios mismo naciera en un pequeño pueblo llamado Belén, el mensaje de la Navidad sigue siendo el mismo. La historia de Jesús no es un cuento de hadas, nació en un lugar concreto, caminó por calles, respiró, fue uno de nosotros, se hizo hombre, tuvo un rostro, una familia.
Los testimonios y respuestas de los actuales habitantes de Belén nos ayudan a tomar conciencia. Jesús nació siendo signo de contradicción, fue hijo de una joven Virgen cuyo embarazo fue motivo de escándalo e incluso pudo haberle costado la vida. María, José y El Niño fueron seres humanos que pasaron por dificultades reales que no se solucionaron mágicamente sino que fueron asumidas con valentía al optar por cumplir el designio de Dios sabiendo las consecuencias que esto traería.
Este corto video nos muestra el Belén del siglo XXI y nos hace preguntarnos: ¿Por qué escogió Dios un pequeño pueblo como Belén para enviar a su Hijo? Él quiso experimentar la vida de los sencillos, de los pobres, de los desamparados y desatendidos de la sociedad. Quiso carecer de un lugar donde nacer, hacerse perseguido y refugiado para enseñarnos que sólo los de corazón sencillo pueden descubrir su gloria.
Jesús sigue siendo actual y sigue estando junto a nosotros, especialmente de aquellos que sufren, para mostrarnos que solo hay una forma plena de vivir: el amor. El modelo es Él mismo que supo amarnos desde el primer instante de su vida en la tierra. Su mensaje sigue resonando como un clamor que debe ser escuchado hoy más que nunca: el mundo necesita paz. El Príncipe de la Paz nace en un lugar de conflicto lleno de contradicciones, para enseñarnos que a pesar de todo la única manera de alcanzar la verdadera paz es aceptando su presencia en nuestras vidas.
Como hace 2015 años, Jesús sigue tocando las puertas del Belén de nuestras vidas y quiere que lo acojamos. Preparemos un lugar para Él. Dejémosle entrar y quedémonos junto a Él, pues sólo así podremos encontrar la paz que necesita nuestro corazón y nuestro mundo.
Para la oración personal:
¿Cómo estoy preparándome para la Navidad?
¿Cómo puedo recuperar el sentido cristiano de la Navidad?
Contemplar a Jesús en el pesebre junto a María y José: Lucas 2, 1-20
Pedir al Señor Jesús la gracia de vivir una Navidad Cristiana
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