Muchas veces hemos escuchado el significado de la palabra “navidad”; más de algún sacerdote o catequista nos explicó el sentido de la Navidad…pero a pesar de nuestras creencias y formación, ¿se han percatado como lentamente los medios de comunicación social utilizados por los grandes consorcios o corporaciones económicas, de mercado, han sacado a Jesús de la Navidad?. Desde la creación del “viejito Pascuero” por parte de la Coca Cola, ha sido constante la propaganda donde se habla del “espíritu navideño”, del “amor”,del alma de la navidad, de regalos y compras, hermosos eventos, etc, pero sin SUJETO. Nadie sabe de donde viene ese “espíritu”, de donde proviene ese amor, y lo peor nadie se pregunta QUIEN nos AMó.
No me equivocaría en afirmar, que se ha creado una navidad paralela…pareciera que en este momento somos tan “alternativos” que incluso podemos escoger que navidad celebraremos…mejor dicho y para no rebajar el sentido de la palabra “celebración”, en cual navidad participaremos.
En la verdadera Navidad, somos testigos del gran amor de Dios al mundo; El nos envió a su Único Hijo, nuestro Señor; que nace pobre y humilde en Belén.
Contemplando a ese niño, en el pesebre, envuelto en pañales en brazos de María su Madre, experimentamos el gran Amor de Dios que nos salva. Es en ese ICONO que el Espíritu nos permite vislumbrar el acontecimiento de la Resurrección y suscita en nosotros el compromiso de amarnos, de anunciarlo, hacer de nuestro mundo un lugar mas justo, sobre todo para los más pobres, en constante espera hasta que el vuelva.
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